DÍA DE LA POESÍA

Este semana celebramos el Día de la Poesía, y lo hicimos cantando una canción del uruguayo Leo Maslíah, que celebra a lxs poetas:

BIROMES Y SERVILLETAS
En Montevideo hay poetas, poetas, poetas 
que sin bombos ni trompetas, trompetas, trompetas 
van saliendo de recónditos altillos, altillos, altillos 
de paredes de silencios de redonda con puntillo. 

Salen de agujeros mal tapados, tapados, tapados 
y proyectos no alcanzados cansados, cansados 
que regresan en fantasmas de colores, colores, colores 
a pintarte las ojeras y pedirte que no llores. 

Tienen ilusiones compartidas partidas, partidas 
pesadillas adheridas heridas, heridas 
cañerías de palabras confundidas fundidas, fundidas 
a su triste paso lento por las calles y avenidas. 

No pretenden glorias ni laureles, laureles, laureles 
solo pasan a papeles, papeles, papeles, 
experiencias totalmente personales, zonales, zonales 
elementos muy parciales que juntados no son tales. 

Hablan de la aurora hasta cansarse, cansarse, cansarse 
sin tener miedo a plagiarse, plagiarse, plagiarse 
nada de eso importa ya mientras escriban, escriban, escriban 
su mana su locura su neurosis obsesiva. 

Andan por las calles los poetas, poetas, poetas 
como si fueran cometas, cometas, cometas 
en un denso cielo de metal fundido, fundido, fundido 
impenetrable, desastroso, lamentable y aburrido. 

En Montevideo hay biromes, biromes, biromes 
desangradas en renglones, renglones, renglones 
de palabras retorciéndose confusas, confusas, confusas 
en delgadas servilletas como alcohólicas reclusas. 

Andan por las calles escribiendo y viendo y viendo 
lo que ven lo van diciendo y siendo y siendo 
ellos poetas a la vez que se pasean, pasean, pasean 
van contando lo que ven, y lo que no, lo fantasean. 

Miran para el cielo los poetas, poetas, poetas 
como si fueran saetas, saetas, saetas 
arrojadas al espacio que un rodeo, rodeo, rodeo 
hiciera regresar para clavarlas en Montevideo.